Los malentendidos, el miedo, la ira y el odio son las raíces del terrorismo. Los militares no pueden localizarlo. Ni las bombas y los misiles alcanzarlo, y menos aún destruirlo, ya que el terrorismo anida en el corazón de los seres humanos. Para erradicar el terrorismo hemos de empezar mirando en nuestro propio corazón
- Meditación de conciencia.
- Alegría por atención plena.
En la meditación la práctica básica consiste en ser conciente a cada momento de la vida cotidiana. Cuando estas enojado, sabes que estás enojado. Cuando la energía de la atención plena ha surgido en ti a causa de tu práctica cotidiana, tienes la suficiente calma y visión como para reconocer, aceptar, observar las cosas profundamente y comprender tu sufrimiento.
- Impresiones sensoriales: son comida.
- Estímulos externos son importantes.
La segunda clase de comida de la que el Buda nos habló son las impresiones sensoriales. Comemos con los seis sentidos: los ojos, la nariz, la lengua, el cuerpo y la mente. Un programa de televisión es comida; una conversación es comida; la música es comida; el arte es comida; las vallas publicitarias son comida. Cuando conduces por la ciudad, estás consumiendo todas estas cosas sin darte cuenta y sin tu consentimiento, y además te impregnas de los mensajes que te transmiten. Te alimentas de lo que ves, tocas y oyes.
- Sufrimiento es relación.
- Liberarse del odio.
A veces un ser querido – nuestro hijo, pareja o padres – nos dice o hace algo cruel y sufrimos o nos enojamos por ello. Creemos que somos los únicos que sufrimos, pero él también sufre. Si no fuera así, no habría hablado o actuado movido por la ira. Este ser querido no sabe liberarse de su sufrimiento, por eso vierte todo su odio y violencia en nosotros.
Thich Nhat Hanh.
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