sábado, 18 de diciembre de 2010

La Aceptación trae Satisfacción



La aceptación no significa aprobar la maldad, las injusticias o las desigualdades en la vida.  Nos puede ayudar a ver las cosas de manera más clara y cómo son. Ver porqué las cosas trabajan de la manera como lo hacen.  Cuando observamos calmadamente e investigamos las causas de las cosas, y entendemos el hecho que nada pasa por accidente, entonces se revela la verdad misma, ya sea nos guste o no.  El cultivar la paciencia y la aceptación provee la claridad mental y la amplitud que nos permite examinar los asuntos antes de reaccionar sin pensar, previniendo que la situación pueda escalar en un problema.

Al hacer una pausa sagrada, de forma dramática, aumentamos las oportunidades de hacer mejores selecciones y llevar a cabo acciones más sabias.  Sencillamente, tenemos que recordar respirar profundamente y relajarnos, disfrutar el momento de estar conscientes y atentos y reflexionar antes de responder.

Algunas veces puede que sepamos qué hacer. Ese es un buen tiempo para no hacer nada. Muy a menudo, la exageración compulsiva crea complicaciones innecesarias. Cuando se está al borde de perderlo todo, muchas personas que van en busca de la verdad bajan su cabeza, unen sus manos y confían en el poder superior para obtener claridad, guía y dirección.  El camino a seguir aparece.

La aceptación incondicional no es estática, pero sí extática, vibrante, comprometida dinámicamente en y conectada con la realidad. Debemos amar primero y aceptarnos antes de amar y aceptar a otros.  Para citar a Carl Jung: “La cosa más aterradora de este mundo es aceptarse uno mismo totalmente”.  ¿A qué le tenemos miedo?


                     

por Lama Surya Das

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