lunes, 6 de diciembre de 2010

¿Cuál es la situación actual del budismo en Occidente?



Desde mi punto de vista, estamos asistiendo a una etapa crucial en el proceso de transmisión de las tradiciones budistas orientales a los contextos culturales de los países occidentales. La primera etapa estuvo marcada por la llegada de los textos, de la filosofía y del arte budista que trajeron los grandes viajeros occidentales y los primeros intelectuales orientales. A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, los primeros discípulos occidentales han practicado y estudiado con los maestros budistas orientales, bien en Occidente, bien en Oriente o en ambos sitios. Algunos de estos primeros discípulos son los actuales primeros maestros budistas occidentales, como es mi propio caso. La entrada en el linaje de transmisión de los primeros maestros budistas occidentales marca la tercera etapa de inculturización del budismo en Occidente. Es una etapa interesante porque es ahora cuando el budismo occidental se encuentra frente al imperativo histórico de integrarse en las sociedades y en las culturas occidentales. Para ello, debe desprenderse de la costra “oriental”, del bagaje cultural y étnico asociado a las sociedades orientales que imposibilitan o dificultan una adecuada integración. En la presente etapa conviven en Occidente el budismo étnico representado por los maestros orientales que residen aquí y el budismo propiamente occidental que, aunque aún no tiene formas propias, comienza a emerger a partir de las parafernalias orientales. El futuro del budismo en Occidente depende de cómo resolvamos esta cuestión. Copiar literalmente las formas orientales nos conducirá a un ghetto étnico y cultural y nos aislará de la evolución natural de las sociedades en las que vivimos. Debemos evitar convertirnos en malas copias de maestros japoneses, tibetanos o vietnamitas. Sin embargo, aún hay muchos budistas occidentales que creen ingenuamente que todos los orientales están iluminados por el hecho de tener los ojos rasgados, por hablar una lengua “sagrada” o por vestir hábitos monásticos. Los maestros budistas orientales han cumplido y siguen cumpliendo su misión de transmitir las enseñanzas a Occidente. Desde mi punto de vista, el budismo ha llegado a Occidente para quedarse. No es una moda pasajera. Pero la práctica y las enseñanzas transmitidas por los linajes continuarán penetrando cada vez más profundamente en el alma occidental,  facilitando un diálogo enriquecedor con la ciencia, con la psicología, con la tradición democrática y con el espíritu de los derechos universales del ser humano. Al menos esta es mi aspiración. Depende de nosotros.



                                 Dokushô Villalba, maestro budista zen

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