"El sufrimiento emocional, o escuetamente sufrimiento, es uno de los conceptos más importantes del budismo; para el Buda el sufrimiento es toda la gama de insatisfacciones humanas, que comienzan con las simples preocupaciones imaginarias, pasan por las depresiones y los bajones de ánimo, y llegan hasta las angustias más intensas y dañinas. Me reservo la palabra «sufrimiento», utilizada sin adjetivos, como la escribo la mayoría de las veces, para referirme al sufrimiento emocional; uso la palabra «dolor» para el sufrimiento físico. Este es inevitable en muchas circunstancias; aquel siempre es opcional. El sufrimiento es lo que el Buda se propone acabar.
Hay, sin embargo, un factor clave que quiero resaltar de inmediato. El meollo del asunto, el punto de entrada a todo lo que quiero comunicar, se encuentra en el reconocimiento de que las Enseñanzas son eminentemente prácticas; son de hacer, no de creer; de verdades evidentes, no de dogmas de fe; de ver y palpar, no de especular y divagar.
La semántica de varios idiomas respalda el carácter práctico de las Enseñanzas. La palabra «budismo», desde la perspectiva que quiero explicar el mensaje del Buda, no debería existir y la palabra «budista» debería tener un sentido diferente.
La expresión del tibetano más cercana a budista es equivalente en español a «instrospectivo» u «observador interior», en el sentido de la persona que busca desde adentro el sentido de la existencia. Esta descripción en sí misma no tiene connotación alguna de seguimiento de creencias o afiliación a sectas.
los estudios musicales, para el budista son importantes los aspectos de la naturaleza y de la experiencia que se relacionan con las instrucciones para vivir. "
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