jueves, 4 de agosto de 2011

EL MISTERIO DE LA SERENIDAD PERDIDA.

    Según el conocimiento que tenemos actualmente sobre el cerebro del ser humano, podemos dividirlo en tres partes: Tronco Cerebral (predominio del Instinto), Sistema Límbico (predominio de lo Emocional) y Corteza Cerebral (predominio de la Razón). La Corteza Cerebral de ambos hemisferios, a través de las áreas prefrontales, potencia al Tronco Cerebral y al Sistema Límbico. Dicho de otra forma, la Razón da al ser humano su gran oportunidad: que el instinto madure en Voluntad, y lo emocional madure en Serenidad. Este es el camino para conseguir una Mente equilibrada: buscar lo que ya está dentro de nosotros.
     La Mente sin Voluntad deja de existir. El fundamentalismo científico ha suprimido la Mente, somos reacciones bioquímicas cerebrales y neurotransmisores. Pero esto no es verdad, también somos Mente y tenemos una Voluntad para poder cambiar las cosas. Somos algo con capacidad de decidir por nosotros mismos. El ser humano es algo más que reacciones bioquímicas cerebrales.
     La Mente sin Serenidad está enferma. Aplacar el ego, controlar el pensamiento, inteligencia emocional, son intentos y maneras de decir lo mismo: que la Razón por sí sola se puede convertir en un monstruo que se vuelve contra nosotros mismos, "lo más razonable es no ser tan razonable", que la Razón acompañada de la Serenidad nos permite descubrir que dentro de nosotros mismos tenemos una Realidad que va más allá de los pensamientos.
     El déficit en Voluntad y en Serenidad de la sociedad actual es lo que nos conduce a gran sufrimiento y a graves trastornos psicológicos. Parecen haberse perdido. Con la Voluntad ha habido últimamente algún intento de recuperarla. Pero la Serenidad ni siquiera se nombra. Se ha perdido.
 

                    "La Serenidad es una realidad si crees en ella".

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