miércoles, 24 de noviembre de 2010

LA MENTE AGITADA


Se ha hablado mucho acerca del uso de las prácticas budistas como una ayuda para aquellos que padecen problemas psicológicos; incluso algunas personas han llegado a referirse al Dharma como una medicina de la mente.
¿Qué sugeriría a las personas que sufren de miedo y paranoia?
El antídoto para esta clase de dificultades es sencillamente la meditación en el amor y la compasión. Para esto sólo debemos visualizar a nuestro alrededor a las personas que conocemos (amigos, familiares, etc.), después visualizamos a las personas que nos sean indiferentes y al final a nuestros enemigos.  El miedo surge de tener expectativas demasiado altas de uno mismo, así que es importante ser realistas y sinceros sobre nuestras habilidades, e involucrarnos en actividades adecuadas para nosotros en este momento.
¿Y para las personas cuyas mentes están perturbadas por la impaciencia, el enojo y los celos?
La impaciencia puede surgir por diversas causas, como la tensión mental y física, o el estrés (aunque está relacionado, pero no es exactamente lo mismo).  Primero es importante ver la causa de nuestra frustración.  En ambas instancias la frustración surge de aferrarse a nuestros pensamientos sin ninguna consideración. Si uno se ha entrenado en observar su propia mente y el flujo de pensamientos, entonces es posible notar cuando surge la impaciencia y dejarla ir. Puede sonar sencillo, ¡pero realmente toma algo de práctica!. Por otra parte, el antídoto para el enojo es el amor. En cuanto a los celos vienen de un sentimiento de importancia propia, por lo cual vemos a los demás de una manera despectiva. Y por último, para aquellos que sufren depresión. La depresión surge en quienes sienten que sus vidas no tienen valor; para contrarrestar esto, creo que las personas deben tener un propósito y orientar sus vidas en esa dirección. En contraposición con Asia, en los países occidentales no parece haber mucho trabajo físico por hacer, todo el trabajo parece ser mental.  Con el tiempo, aprenderemos a ser como alguien que contempla en el cielo varias formas de nubes, tormentas y arco iris, pero sin sentir apego o aversión por ninguna de ellas.

                                                        

                    gueshe Namgyal Wangchen  

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