sábado, 24 de septiembre de 2011

La capacidad de conciliar el sueño

Muchas personas tienen problemas para conciliar el sueño y el pensamiento da vueltas y vueltas impidiendo conciliar el sueño. Conciliar el sueño es un proceso pasivo. No es un acto activo (intencionado) de cerrar los ojos, sino los ojos se cierran. En términos "zen-budista" es el cambio de los duales de estar despierto y estar dormido. Este cambio (transición) sucede (ocurre) tanto más fluido (suave) cuanto menos ideas surgen y no perturban este cambio. Cuando las ideas que surgen y desaparecen al mismo momento.

Si el hombre logra reducir el aluvión de ideas por la unidad (que hay que aspirar) de surgimiento y la desaparición de las ideas, entonces los ojos se cierran (por sí mismo) y el hombre concilia el sueño. La disminución de las ideas sucede por el así llamado acto de vaciarse. Como una "herramienta" para vaciarse, los maestros de budismo zen crearon el Koan, una adivinanza (paradójica, absurda) que sólo se puede resolver más allá de los pensamientos (intelecto, ego). Por el Koan el hombre recibe la capacidad, o sea la aumenta, de soltar a los pensamientos. Se encuentra libre de las cosas y se relaja y fluye con las cosas. Tal Koan es, por ejemplo, el Koan Mu, cuyo modo de trabajar está descrito en esta página web bajo "La práctica del Koan Mu".

Es decir una persona que utiliza esta "herramienta del Zen" al intentar a dormir no tiene que padecer el “juego pesado” de las ideas en el que una idea lleva a la otra. En el que una idea como por ejemplo "el trabajo de mañana" lleva a una cadena de ideas "infinita". "¡Ay!, mañana tengo que trabajar, ¡maldita sea!, ¿qué pasará de nuevo?, y Pedro este idiota si me pone nervioso, esta vez recibe una respuesta que no se olvidará, por otro lado, él ya me ha ayudado, ¿yo que se?, todo el trabajo es pesado, pero lo que debería haber hecho, yo lo quiso así, ¿pero qué digo yo? ¡Hubiera  estudiado otra cosa!, ¿pero como?, mis padres no me lo permitieron” etc.

Por el acto de vaciarse el hombre suelta los pensamientos mas rápido por ejemplo cuando surge: “¡Ay!, mañana tengo que trabajar”. Se da cuenta mas rápido cuando se está construyendo una cadena infinita que lleva de una idea a la otra. Él hombre rompe la cadena en mas y mas partes. La hace mas y mas agujerada, mas trasparente. Él hace que la cadena se vuelve trascendente hasta al fin y al cabo la idea se desaparece al mismo tiempo en que está surgiendo, no importa si la idea sea "buena o mala". El Surgimiento y la desaparición son uno. La idea "¡Ay!" ya está desaparecida al momento en que se da cuenta de ella. Entonces el hombre ha partido la cadena en tantas partes que las piezas son la infinidad y esta infinidad (Mu, Dios, Buda) se reconoce como solo un pensamiento. En términos religiosos: Dios (Buda) es "sólo" un pensamiento.

El Koan Mu "en realidad" no es una “ayuda para dormir" sino para deshacerse de los pensamientos adheridos que separan el hombre del verdadero reconocimiento de las cosas. Sin embargo el interesado de Zen, que está "luchando" con el Koan Mu, debe que dormirse y despertarse con Mu. No separarse de Mu ni un momento con el fin de encontrar la solución del Koan Mu. La persona que consigue esto más y más, se entera de que estando despierto es un sueño. Que hay un despertar del estado de estar despierto. Reconoce que el hombre está durmiendo con los ojos abiertos y el sueño no termina hasta que abra los ojos, cuando se despierte. Él se da cuenta que la vida es un sueño y el que se despierta de este sueño está liberado de todo sufrimiento. "Similar" a un hombre que sueña con un "sueño malo", cuando se despierta y se da cuenta de que solo fue  un sueño y los sufrimientos del sueño ya no puede hacerle daño en el despierto.

El hombre que usa medicamentos para conciliar el sueño, "debe" ser consciente de que es necesario mantener la sensibilidad y percibir las señales (del cuerpo y) de la mente. Él debe mantener la capacidad de sentir lo que le pesa y que llevar consigo, porque cada pensamiento que surge es una indicación de su existencia. No hay que reprimir estos "mensajes" por las drogas. No hay que pasarlos por alto. No ignorarlos, sino experimentarlos, para soltarlos. Para ser uno con el pensamiento. Entonces, el hombre une dos estados (el surgimiento y la desaparición) a uno y supera el dualismo. Entonces no le molesta ni los pensamientos ni el ruido de los vecinos o de la calle. No se altera por nada. Se queda en su centro. Incluso su alteración es su calma. Él se apoya en sí mismo, incluso en la tormenta. 

Ralf Scherer

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