viernes, 24 de junio de 2011

Disfruta tu café.

Un grupo de ex alumnos, todos triunfadores en sus respectivas
carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor.

Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable ‘stress’ que
les producía el trabajo y la vida en general.

El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una
cafetera grande y una selección de tazas de lo más ecléctica: de
porcelana, plástico, vidrio, cristal -unas sencillas y baratas, otras
decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas…

Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco
del café recién preparado.

Cuando lo hubieron hecho, el viejo maestro se aclaró la garganta y con
mucha calma y paciencia se dirigió al grupo:

Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se
terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo
que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo.

Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al
‘stress.’ Continuó:

‘Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café.
En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que
ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron
las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás.

Ahora piensen en esto: La vida es el café.

Los trabajos, el dinero, la posición social, etc. son meras tazas, que
le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no
define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos.

A menudo, por concentrarnos sólo en la taza dejamos de disfrutar el café.

¡Disfruten su café!

                                                

Buddhadharma

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