domingo, 6 de marzo de 2011

"Un minuto para el absurdo"--- Anthony de Mello

El Maestro propuso un enigma:
«¿Qué es lo que el artista y el músico
tienen en común con el místico?»

Todos se dieron por vencidos.

«La certeza de que el lenguaje más
sutil no es el que articulan los labios»,
dijo el Maestro.

En cierta ocasión, el Maestro oyó
casualmente cómo un discípulo le
decía a un visitante: «Tengo a honra
el hecho de haber sido personalmente
admitido como discípulo por el Maestro,
mientras que se cuentan por centenares
los que han sido rechazados».


Cuando tuvo ocasión, el Maestro le
dijo en un aparte: «Vamos a dejar una cosa
muy clara desde el principio: si tú
fuiste elegido, y otros no, fue
únicamente porque tú estabas
más necesitado que ellos.»



   Anthony de Mello es un personaje inclasificable -pero que irá encontrando su lugar con el transcurso del tiempo. Nacido en India en 1931, y fallecido en Nuewa York en 1987 -dónde estaba impartiendo un curso-, se formó como sacerdote jesuita en su India natal para pasar a abrir un centro de orientación pastoral en Lonavla, al mismo tiempo que escribía su primer libro sobre meditación y ejercicios espirituales.

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