La resiliencia es en otras palabras, la capacidad de adaptarse al cambio. Viene del verbo latino resilio, que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar. Como hemos visto, en un mundo tan cambiante como el actual, esta no es una capacidad menor. La resiliencia es como un músculo que todos –tanto organizaciones como individuos- tenemos y que debe ser desarrollado y ejercitado constantemente. Debe ser lo suficientemente fuerte para soportar grandes desafíos y flexible para manejar un amplio espectro de potenciales fuerzas impredecibles
Ser resiliente requiere:
Ser resiliente requiere:
- Mantener una mirada positiva y estar abiertos a las infinitas posibilidades que se nos abren
- Hacerse responsable de lo que nos sucede y actuar en consecuencia
- Aprender el camino a través de las dificultades, en vez de aplicar las mismas soluciones que funcionaron en otro momento
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