miércoles, 21 de diciembre de 2011

Paciencia, tesón, cuidado y amor y...Todo llega.

El sábado visité la Fundación Sales, una Fundación dedicada al cultivo y cuidado de un sinfín de flora de diversas partes del mundo, que nada más entrar hace que te sientas en un rincón mágico, especial, como si la esencia de su fundador siguiese impregnando cada estancia y te acompañase en ese sendero empedrado y en esas perfectamente adornadas galerías.

Reflexionando sobre eso se me ocurrió que, antes de comenzar mi particular proceso de convertirme en “persona” (y no hablo del significado etimológico de la palabra, es decir, para mí convertirme en persona refiere ser persona de calidad, de verdad, de corazón, sin disfraces ni tapujos, es decir, a la inversa que el origen de la propia palabra que remite al teatro griego y a las máscaras que en él se utilizaban para actuar frente a los demás) es decir, antes de iniciar mi particular viaje a Ítaca, en mi casa no había plantas, ni una, nada, ni rastro de vida más allá de mi respiración y de mis propios latidos. Sin embargo, tan pronto comenzó a poblarse mi casa de literatura varia, como de seres vivos que me hacen recordar que cuento con compañía cada día.

El caso es que con las plantas ocurre un acto curioso: tienes una planta en casa, la nutres, la riegas, le expones al sol para que tome alimento, la cuidas y le hablas (eso yo, no sé si todo el mundo practica el mismo gesto de locura) y de pronto, un día te despiertas y aquella amalgama de hojas tiene...una flor! Ese día sucede algo mágico, algo que no se pude describir con palabras, hay que sentirlo, es como si de pronto de la masa alquímica del plomo naciese inesperadamente el oro..y brilla, y está ahí, un regalo para tu vista y para tus sentidos…pero tú no has hecho absolutamente nada, más que brindarle a la planta el cuidado necesario para su seguridad, crecimiento y supervivencia, me refiero, no has creado esa flor, esa flor nació como resultado de un conjunto de actos, adicionados a la semilla de la propia planta.

Sucede igual en la vida…te pasas miles de momentos queriendo hacer el bien, demostrando que estás enteramente dispuesto a asumir el reto de obtener la mejor versión de ti mismo, esa versión donde todo en ti es eterno y no efímero, donde todo es conciencia, seguridad, fe…y nada sucede..o más bien al contrario, lo que se sucede son una serie de actos y situaciones caóticas que te hacen dudar y plantearte en un sinnúmero de ocasiones si no sería mejor recular, volver al “personaje”, claudicar de la aventura y ponerse de nuevo la máscara para seguir actuando en un mundo que no parece comulgar con tus principios…y, de pronto, un día, una conversación, un gesto, te sacan de tu letargo y te confirman (aún cuando no resulte imprescindible ni necesario) que vas en la senda correcta..una palabra de agradecimiento, un consejo enviado desde el más profundo cariño, una crítica constructiva o una alabanza a tu labor y, ahí, tu mundo y tu faro vuelven a recobrar sentido…al igual que la planta..la semilla está ahí, la rosa va a acabar brillando y saliendo a la luz, pero antes, son necesarias épocas áridas, épocas de cuidar la esperanza y de cultivar buenos hábitos y nutrir la tierra con buenos abonos para que así, más tarde, florezca el fruto. Si le das tiempo, cariño y cuidado, ese fruto acaba asomando y el día que eso sucede, frente a tu flor, no puedes más que sentir una explosión de gratitud por haber sido capaz de seguir alimentando tu fe a pesar de las críticas y de las desavenencias. Ese día, tu gratitud y tu alegría es tan inmensa que no puedes guardarla en tu pecho y te pide que salgas, lo cuentes, lo grites, lo vivas..ese día, tenlo por seguro, con paciencia, dedicación, fe y cuidado, SIEMPRE LLEGA. 
 

viernes, 9 de diciembre de 2011

La Maravillosa Experiencia De La Soledad Interior En El Mundo Cotidiano

En la sociedad moderna con frecuencia suele percibirse a la soledad como un estado indeseable y poco afortunado. Las rutinas de la vida diaria absorben la mayor parte de las horas y cuando queda tiempo libre muchas personas prefieren conectarse a la televisión o a cualquier otro distractor que mantenga atrapada su atención. Viven huyendo del encuentro consigo mismas pues no han comprendido la maravillosa experiencia que puede significar el estado de soledad interior en el mundo cotidiano.

Cuando una persona empieza a vivir el encuentro consigo misma, descubre que en realidad se trata de un proceso muy afortunado y digno de disfrutarse. Entonces deja de huir de los momentos de soledad e incluso comienza a buscarlos para experimentar estados de armonía y paz interior y con todo lo que existe.

En los primeros pasos de este encuentro interior uno se topa con un torrente de pensamientos y emociones que surgen de manera caótica, esa es la línea donde muchos huyen de la experiencia y por esta razón suele percibirse a la soledad como algo indeseable. Lo importante es dejar de luchar contra estos procesos mentales desordenados. Cuando cesamos la represión algo extraordinario sucede, pues empezamos a fluir con lo que existe, sin intención ni esfuerzo alguno.

Cuando alguien aprende a estar consigo mismo es capaz de generar estos estados de paz interior en cualquier lugar y momento del día, sin importar que esté entre mucha gente. Esto no significa que uno deba abstraerse o separarse mentalmente del mundo todo el tiempo. Cuando una persona empieza a fluir en realidad experimenta su unión con todo lo que existe y suele tener una empatía mayor y más profunda con otras personas. Sus relaciones interpersonales se vuelven más sensibles y armónicas, de manera fluida y sin intención.

Podemos disfrutar los satisfactores del mundo moderno y al mismo tiempo ser capaces de experimentar el encuentro interior. Es importante encontrar el punto de equilibrio, lo cual podemos lograr si aprendemos a fluir y atender a nuestra propia intuición.

Resulta oportuno comprender que la soledad es un estado que puede abrirnos las puertas al maravilloso universo interior y a la experiencia magnífica de la paz y armonía con todo lo que existe. Es importante que rompamos nuestras propias barreras mentales e iniciemos el camino hacia el encuentro con nuestra verdadera naturaleza, esa que nos unifica con el Todo.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Un alto al estrés , Analice las situaciones que le estresan. Acepte aquellas que no pueda cambiar, evite las que sea posible, modifíquelas o adapte su respuesta.

Desde la década de 1930 se habla del estrés como una reacción biológica en respuesta a experiencias desagradables. Hoy, la vida moderna es fuente de diversas situaciones que pueden causar estrés hasta en los niños.

El individuo puede sentirse estresado por corto tiempo, pero se puede volver algo crónico por problemas financieros, en el trabajo, y en las relaciones personales.

Dolores de cabeza, de hombros, espalda o cuello, rechinar los dientes, fatiga crónica, insomnio, disfunción sexual, malestar estomacal, ritmo cardiaco elevado o irregular, y aumento en el uso de tabaco y alcohol son algunas señales de alarma por sobrecarga de estrés, de acuerdo con la Clínica Mayo.

En el ámbito laboral, según la Organización Mundial de la Salud, el estrés afecta negativamente a la salud psicológica y física de los trabajadores, y a la eficacia de las entidades para las que trabajan. “Un nivel de presión que el trabajador considere aceptable puede mantenerlo alerta, motivado y en condiciones de trabajar y aprender, según los recursos de que disponga y de sus características personales. El estrés aparece cuando esa presión se hace excesiva o difícil de controlar”.

DESGASTE EMOCIONAL 

En el trabajo, el estrés crónico puede conducir a un desgaste emocional, también llamado desgaste profesional o síndrome del “quemado”. Algunas personas son más propensas a tener estallidos emocionales por desgaste en su relación con otras personas o en el trabajo. Generalmente, son aquellas que comenzaron a ejercer su profesión con mucho entusiasmo y entrega al servicio de los demás.
“Son altruistas, perfeccionistas y muy responsables. Llegan a su trabajo antes de la hora de entrada, se quedan tiempo extra y quieren que los receptores de su servicio se sientan complacidos, pero la realidad puede implicar ausencia de reconocimiento por su labor, bajo salario, disputas con jefes y compañeros, y no contar con los recursos necesarios para cumplir adecuadamente su labor, lo que hace que la persona se frustre, se estrese y se desgaste”, explica Elisa Bósquez, psicóloga voluntaria de la fundación Piero Rafael Martínez de la Hoz.
Este cuadro es más común en quienes trabajan en contacto directo con gente en situaciones problemáticas, y se ha descrito en médicos, enfermeras, maestros, abogados, psicólogos, voluntarios y policías.
Según la psicóloga, las técnicas de relajación y el entrenamiento en el manejo del tiempo, del estrés, en la resolución de problemas y la negociación interpersonal, pueden ser efectivas para tratar un bajo nivel de desgaste emocional. Pero si el problema es más serio, se recurre al uso de fármacos y psicoterapia. “La mejor estrategia es la prevención”, destaca la especialista.

PARA MANEJAR EL ESTRÉS

La Clínica Mayo recomienda analizar las situaciones que le estresan y aplicar cuatro estrategias: aceptarlas, evitarlas, alterarlas o adaptar su respuesta. Al identificar los detonantes de su estrés, modifique las cosas que pueda cambiar y acepte aquellas que son imposibles de cambiar. Practique la respiración profunda, relaje sus músculos y cambie su actitud hacia una más positiva.
Hacer ejercicio, practicar un hobby, ser voluntario en alguna actividad, rezar, meditar y aprender a delegar tareas, son otras medidas.
Si una situación, como un divorcio, la pérdida del empleo, una enfermedad o la muerte de alguien cercano, le hacen sentirse deprimido o muy angustiado, consulte a su médico o a un profesional de salud mental, que podrá recomendarle un tratamiento adecuado a su caso

TAMARA DEL MORAL
tdelmoral@prensa.com